Escribir bien, ¿depende del hábito o la habilidad?
“La práctica no es lo que uno hace cuando es bueno. Es lo que uno hace para volverse bueno.” Malcolm Gkadwell.
Si aplicamos esta perspectiva al arte literario, nos daremos cuenta que de esta frase surge una reflexión valiosa, sobre el papel crucial de la práctica y el hábito de la constancia en la evolución de un escritor.
En el universo de la escritura, la maestría no es un destino, sino un viaje continuo. La práctica constante es el cimiento sobre el cual se construye la habilidad: así como un músico perfecciona su arte a través de horas interminables frente al instrumento, un escritor afina su destreza a través de la práctica diligente.
Dejando fuera el hecho de que existen personas prodigiosas con talento natural innato, la escritura es un hábito que se cultiva con el tiempo y la dedicación.
Desde esa perspectiva, desarrollar un hábito de escritura no solo impulsa la mejora continua en las habilidades literarias, sino que también nutre la consistencia en la producción creativa. Así que, en esta entrada, exploraremos la importancia de establecer un hábito de escritura, practicar y ser constante.
E, igualmente, también se expondrán un par de consejos prácticos para iniciar.
En primer lugar, establecer metas realistas es sumamente importante si queremos desarrollar un hábito de escritura efectivo. Definir objetivos alcanzables, ya sea en términos de tiempo dedicado o palabras escritas diariamente, proporciona una estructura que guía la práctica regular.
Estas metas, al ser alcanzadas de manera constante, no solo generan un sentido de logro, sino que también motivan a seguir avanzando en la mejora personal.
La creación de una rutina específica para la escritura constituye otro aspecto esencial. Asignar un momento del día exclusivamente para este propósito ayuda a entrenar la mente, creando una asociación entre ese tiempo y el acto de escribir. La consistencia en la elección de un momento del día, fomenta una disciplina que eventualmente se convierte en un hábito arraigado.
Entiendo que todos tenemos tiempos y vidas ocupadas de adultos que atender, pero incluso si solo son cinco, diez o quince minutos, dará resultados a la larga.
Así pues, en la búsqueda de un hábito de escritura sólido, encontrar un espacio creativo es de suma importancia. Un entorno libre de distracciones y cómodo actúa como un refugio propicio para la concentración. Este espacio se convierte en un santuario donde las ideas pueden fluir sin obstáculos externos.
Y si no te es posible, incluso escuchar música en un lugar público, la fila del súper o el banco, son tiempos muertos que se pueden aprovechar para ello.
Asimismo, experimentar con la duración de las sesiones de escritura permite adaptar el hábito a a tu ritmo de vida. Algunos escritores prosperan en sesiones cortas y frecuentes, mientras que otros encuentran inspiración en periodos más largos e intensivos.
La clave radica en descubrir lo que funciona mejor para cada persona y, de ese modo, ajustar la rutina en consecuencia.
Por otro lado, la escritura libre, o la práctica de escribir sin restricciones, emerge como una técnica liberadora que ayuda a que la creatividad fluya . En este ejercicio, al liberar la mente de las restricciones de calidad, fomenta la exploración de ideas nuevas y desbloquea las ideas atrapadas en la autocrítica.
Llevar un diario de escritura también es una herramienta invaluable. Registrar pensamientos, ideas y observaciones no solo fortalecerá nuestras habilidades, sino que también creará un registro personal que servirá como fuente de inspiración para futuros proyectos.
Puede físico o digital. ¡Ambas opciones funcionan súper bien!
Finalmente, celebrar los logros, por pequeños que sean, juega un papel crucial en el desarrollo del hábito de escritura. Reconocer y apreciar los avances personales refuerza la motivación y refleja la dedicación continua hacia la mejora.
En conclusión, desarrollar un hábito de escritura y practicar no solo es vital para el éxito, sino que también se convierte en un viaje personal de autodescubrimiento.
Así que, a través de metas realistas, rutinas específicas y la exploración constante, cada escritor puede forjar su propio camino sólido y sostenible.
¡No te desanimes!
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